jueves, 21 de enero de 2016

Pulverizados….

Desde que el gobierno federal se lanzó en pos de los grupos delincuenciales.

Por: María Jaramillo Alanís

La cotidiana charla vespertina de vecinos sobre la banqueta, ya no existe. Aquí muchas cosas han cambiado; la mañana se levanta ahora más brillante, luminosa el follaje de los árboles deja pasar una luz dorada que llena la pupila y acaricia el alma.


Las rejas y vallas de las casas de los vecinos han crecido,  muchas de ellas con chapas de alta seguridad, en las escuelas ya no se dejan  portones sin candados, las madres cuidan doblemente a sus pequeños,  decenas de negocios cerraron sus puertas y miles de personas venden enseres de segunda mano. Sí la economía es cada vez más precaria y la impunidad y corrupción sigue poblando juzgados y ministerios públicos.

Nada es igual desde que conocimos el estruendo que provocan las granadas de fragmentación o el ruido de la metralla. Cierto, la percepción es que la inseguridad va a la baja, sin embargo la extorsión vía telefónica sigue desde las cárceles y aún se vive con zozobra. Apenas sí se desempaca un teléfono celular y al día siguiente lo estrena una llamada de extorsión, algunas veces de Sonora, otras desde Sinaloa, Coahuila, Nuevo León y el colmo, desde algún punto de Tamaulipas.

La percepción ciudadana nos dice que los juzgadores ahora son más corruptos y los agentes del ministerio público sirven a  todo tipo de intereses, menos a la investigación y resolución de delitos -que pocas veces se denuncian-. La impunidad campea como siempre.

A todo esto Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, afirma que el gobierno federal “pulverizó” a los grupos  que asolaban la región. Es probable que sea cierto, sólo que en esta embestida miles de personas murieron y muchas más  siguen desaparecidas.

Solo hace algunos meses Guillermo Gutiérrez Riestra, nos daba el siguiente dato que produce escalofrío; 40 personas “desaparecían” diariamente en Victoria en los años 2010 y 2011, entre las que se cuenta, lamentablemente  Raquelito, su hija.

Deseo fervientemente que lo dicho por Osorio Chong sea verdad por el bien de una sociedad que le ha tocado poner los muertos y los desaparecidos.

Los partidos políticos y sus dirigencias han dejado solos a la sociedad, no hay uno solo que haya levantado la voz por los tamaulipecos agraviados, y que en realidad somos todos.

Hace muy pocos días la policía estatal acreditable o ¿acreditada? realizó un cateo en el penal de Altamira y se boletinó -a manera de festejo-, el decomiso de un puñado de armas hechizas, curiosamente no hallaron una sola arma de fuego, ni drogas, ni celulares. ¿Quién está con quién?

Repito lo que alguna vez le escuche decir al político italiano Leo Lucca Orlando allá en Reynosa… la mafia está metida en los bancos, en los partidos, en los gobiernos, en la iglesia, sea cual fuere su denominación...

Aceptando, sin conceder con Osorio Chong: Quizá hayan “pulverizado” a un grupo delincuencial, o dos, pero ¿Por qué? aún se sabe un día sí y otro también de personas muertas, desparecidas, 0 de otras a las que les han despojado de sus negocios, fincas, ranchos, vacas, bueyes y hasta aperos de labranza.

Lo que sin duda se ha pulverizado es la economía de las personas que tenemos una forma honesta de vivir. Pulverizaron también las viejas costumbres de charlar con el vecino, de preguntarles al menos sobre sus familias o su estado de salud,  la convivencia social también la socavaron.

Sí en ese y muchos otros sentidos pulverizaron a la sociedad.

En el combate a los delincuentes, es su OBLIGACIÓN acotarlos, reducirlos a la nada. El festejo por la captura de un capo está de más. Es una burla para los habitantes de este girón de la patria.

 
 

 

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