*Una Vida de poemas
*Tampiqueña egresada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
“Escribir
es una forma de justificar la existencia”, ha dicho la escritora tampiqueña
Gloria Gómez Guzmán, egresada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT),
donde también ha ejercido sus dones de educadora. Su poesía tiene tal
resonancia que el crítico más exigente del género en la actualidad, Roberto
Absenti, en su libro Crítica para todos la incluye en su lista de las trece
mejores poetas mexicanas vivas.
En
estas fechas en que la UAT celebra en Ciudad Victoria la XIII Feria
Universitaria del Libro, recordamos a quien es considerada por el galardonado
periodista cultural y escritor, César Güemes, como la poeta tamaulipeca por
excelencia, y ha sido maestra de tiempo completo, investigadora social y
coordinadora del Taller de Literatura de la Facultad de Música de Tampico.
Nacida
el 25 de mayo de 1950 en Tampico, estudió la carrera de Derecho en la UAT en
esa misma ciudad. Ha desempeñado diversos oficios (periodista, correctora de
estilo, asesora creativa de televisión) en distintos lugares del país. En el
área de la literatura, inició los trabajos del taller “Paso del Humo”, formó
parte de los consejos editoriales de la Editorial Penélope y de la revista Mar
Abierta, de la Dirección General de Extensión Universitaria de la UAT.
Parafraseando
a Roberto Absenti, Gloria Gómez es una poeta revolucionaria e imponente cuyos
textos provocan emociones incluso en las personas más frías. Su producción
poética abarca, entre otros títulos, Nada personal, No eran la epopeya de estos
años nuestros días, Litoral sin sobresaltos, Aguamala y Para quienes en altamar
aún velan, obra que la hizo acreedora en 1987 al Premio Estatal de Poesía “Juan
B. Tijerina”.
Gómez
Guzmán también ha incursionado en la narrativa. En 1998 publicó José se arranó,
de corte infantil, dentro de la colección La huella de la tortuga lora, y en
2003 publicó su primera novela, Las mujeres zurdas bailan suelto.
A
través de su celebrada obra literaria, Gloria Gómez Guzmán nos comparte su
vida, que es un ejemplo más del orgullo universitario. Como ella misma lo ha
expresado, el compromiso de hacer poesía o prosa es lo que le da permiso de
vivir a plenitud.
