Por: María
Jaramillo Alanís
Ciudad Victoria,
Tamaulipas.-Cuando el gobernante no llega a comprender que es un administrador de los recursos de los gobernados y se
convierte en señor de horca y cuchillo, como un señor feudal, todo a su
alrededor está corrompido, podrido y los funcionarios que se deben a la
población, le cortan la cabeza al que opine lo contrario. Y en ese afán de
servir a los intereses de su amo, violentan derechos humanos fundamentales.
No es ocioso el
tema, hoy más que nunca los ciudadanos pueden y deben reclamar sus más
elementales derechos. En principio el de tránsito libre en edificios públicos
que desde el 1 de enero del 2010 han sido prácticamente privatizados por el que
no sabe gobernar pues supone que es una
extensión de su casa y ha puesto infinidad de retenes y torniquetes de
seguridad, negando el paso a la población y esa es una violación a los derechos
ciudadanos de trámites y audiencia, por mencionar algunos.
Y claro, si la
cabeza de gobierno hace cera y pabilo de los derechos, ¿por qué habríamos de
esperar que la Secretaría de Salud, General de Gobierno, Seguridad Pública,
Desarrollo social, Cultura, Obras públicas y demás, respeten los derechos de los habitantes?
Es más la misma
Comisión Estatal de Derechos Humanos en manos de Bruno del Río Cruz, ha
ocultado que tanto policías, funcionarios, servidores públicos, han violentado
los derechos de los ciudadanos, convirtiéndose más que en defensor en su
verdugo.
Así, una CEDH que
hace lo que su amo quiere, jamás servirá a los ciudadanos, a quienes ya no les
interesa quejarse, denunciar o interponer denuncia alguna ante este órgano ni
ante la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, ambos organismos están
en manos de quien sabe quién y haciendo todo para seguir nadando de “a
muertito”
De hecho, desde
principios del 2011 está pendiente el diagnostico que prometió el mismo
gobierno estatal, coordinación con la CNDH y la oficina del Alto Comisionado de
las ONU, respecto al estado que guardan los derechos de los migrantes que
cruzan por el territorio de Tamaulipas.
Es una verdadera
desgracia que la misma oficina del Alto Comisionado haya suspendido el
diagnóstico sobre el cómo viven las mujeres en Tamaulipas.
El ejemplo más
evidente de la violación flagrante de los derechos humanos, lo ha dado la
Secretaria de Salud, mencionaré dos; no
sé si es el primero pero es uno que todos o casi todos los habitantes de las
colonias lo sufrieron, pues al verse rebasados por la epidemia de dengue y al
no contar con recursos, usaron petróleo para “abatizar”, y claro, se murieron
plantas y aves que se tenían en jardines.
Violentado el
derecho a la salud y puesto en riesgo por la misma dependencia.
Lo otro es un
cartelón colocado en distintos hospitales, dónde le pedían a la población que
denunciaría a quienes en consideración
conocimiento de ellos, fuese portador de VIH o Sida, Tuberculosis.
Reza el cartelón;
“Se buscan por contagiosos: Tuberculosis, Influenza, Cólera, Parálisis Flácida,
Enfermedad Febril Exantemática, Dengue, VIH/Sida, Tosferina y Rotavirus. Si los
detectas notificarlos inmediatamente al área de epidemiología”
Nada de esto lo ha
visto la Comisión Estatal de Derechos Humano, por supuesto que todos lo
relatado merece denuncia civil, penal o
queja ante la CNDH, la Función Pública y el IFAI y sí mucho me apuran ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El inejercicio de
una labor tan delicada como es la de velar por los derechos humanos de las
personas no puede ni debe ser premiada, por el contrario se debe revisar su
estructura y ponderar el currículo de la persona que debe presidirla, claro,
eso no le gustará al amo y señor de la comarca.
Se supone que
vivimos en un estado regido por leyes, organizado y humano, pues demuéstrenlo y
permítanse el escrutinio real de su función.
El resultado no
será otro; en Tamaulipas no se sabe, ni conoce y mucho menos se respeta los
derechos fundamentales de las personas.
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