viernes, 14 de marzo de 2014

Damas Unidas, jamás serán vencidas…

Por: María Jaramillo Alanís

Altamira, Tamaulipas.- Cierto debe ser incomodo-por llamarlo de alguna manera- para quienes se dedican a la política tengan que aprender a comer estiércol a cucharadas sin hacer gestos. Pero no les queda de otra, sus apetitos son igual de grandes que sus ganas de “servir” a usted carísimo lector, sí, porque van por la vida diciendo que su labor es por los que menos tienen, que son representantes populares de cada rincón de Tamaulipas y México, porque el voto mayoritario los llevó a esos puestos, aunque lleven diciéndolo doce o quince años a la misma gente.

Y claro, con ese petate del muerto han navegado todos los representantes suyos y míos, ya que, ¿se imaginan a Griselda Carrillo Reyes y a su tío Pedro Carrillo Estrada como esforzados y buenos políticos? No, obvio que no. Si acaso, ambos, Gris y Pedro se baten en duelos de haber quién hace más dinero a costillas del electorado.

Pero los desfiguros que hacen las y los políticos se saben, así se escondan en fraccionamientos privados, y hoy se conoce que desde el Residencial “El Náutico”, las buenas conciencias de las damas que ahí viven están escandalizadas, pues una pareja de enamorados, él ex alcalde de ciudad fronteriza, secretario de gobernador, secretario de Desarrollo Social; ella hija de ex alcalde ya fallecido, sobrina de ex acalde y ex diputada, ambos dos-diría la raza- compraron la casa más grande, la más cara, la más bonita, la más más, pa’que me entienda, invirtiendo quizá los ahorro de toda su vida, uno no sabe sus sacrificios.

Pero…un pequeñísimo detalle, él es casado y ella una señora “descocada” la carta dice una palabra bastante gruesa misma que fue enviada al obispo José Luis Dibildox Martínez y a la primera Dama de Tamaulipas, Doña Pilar González de Torre Cantú.

Algo exagerado y que no puedo creer es que casi vacían el padrón de tanto novio que le enjaretan a esta funcionaria, y claro a su más reciente pareja, la carta dice en tono de burla “en cuestión de amores, lo demás se queda chiquito”, aquí no se salva ni el alcalde Armando López.

Todo sería un chisme de lavadero si no fuese porque en medio del affeire amoroso sureño, está la población de Altamira, esa a la que trienio tras trienio se vapulea, se esquilma y se usa con fines meramente electoreros.

Las personas mayores de edad pueden, si quieren, hacer con su “ese” un papalote, pero ya es tiempo que a quienes dilapidan los dineros públicos se les ponga un alto, se les exhiba y denuncie.

La misiva enviada al jerarca de la iglesia en el sur del estado y a la mujer de Egidio Torre Cantú, la

www.notimar.com firman las  “Damas de Altamira. Unidad en Familia” algo así como las autodefensas de las buenas costumbres, la moral y la decencia.
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