Por:
María Jaramillo Alanís
Para Tatiana,
Norma, Karina, Alejandro (+), Luis (+), María (+), y por las miles de personas que padecen esta
enfermedad.
Jaumave,
Tamaulipas.-Quizá sea urgente escribir este pergeño fechado en París, Francia,
chance y así las autoridades sanitarias presten atención a mi quejumbrosa
misiva dolorosa. Supongo que cada persona con cáncer tendrá una historia que
escribir, que contar, muchos otros habrán perdido la batalla, miles aún pelean con
fiereza por su vida.
Podría
decirle a cada uno de ustedes que el cáncer sí es sinónimo de muerte, más
cuando el sistema de salud se adueña de los pacientes y deja en la total desinformación a sus familias, pues suponen; o qué son ignorantes o que no entienden
qué cosa es un carcinoma o un HER2 positivo fase 3.
Pero
no, no hablaré de algo que desconozco, pero que ya no ignoro, quisiera más que
nada decirles a los funcionarios de salud, de todos los órdenes de gobierno que
mienten y qué el presupuesto que destinan para la prevención del cáncer es un
verdadero despilfarro en un país en el que el cáncer es la tercera causa de muerte.
Los
principales obstáculos a los que se enfrentan los pacientes con cáncer y sus
familiares, es la absoluta carencia de información, pues o los especialistas se
sienten Dioses que no deben bajar del
Olimpo o simplemente porque no se les pega su regalada gana. En ambos casos es
criminal.
El
caso del Hospital Regional de Ciudad Madero es un caso especial; no hay poder
humano, -a no ser que sea por la vía judicial- que los médicos tratantes y el
mismo director informan y acceden a entregar una copia de expediente clínico o
un simple resumen médico que les permita a los enfermos con cáncer solicitar otra opinión sobre el
padecimiento, y/o cobrar seguros de vida.
Es
bastante grosero que siendo un Hospital regido por normas sanitarias firmadas y
selladas por la Comisión Estatal Contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y cuya
cédula es expedida por la Secretaría de Salud de Tamaulipas se exhiba caduca en
la sala de admisión de dicho hospital.
El
Hospital Regional de Petróleos Mexicanos en Ciudad Madero, recibió en diciembre
del 2012, la Certificación que el Consejo de Salubridad General otorga a las
unidades médicas del Sector Salud, (dice Sector Salud, pero extrañamente la Secretaria de Salud Federal ni estatal, son sus superiores ), que se distinguen por
el cumplimiento de los estándares internacionales de desempeño en las labores
concernientes a la atención médica.
“Dicha
certificación,tiene vigencia hasta 2015, fue obtenida por cuarta ocasión
consecutiva, después de una minuciosa auditoria de cada uno de los proceso que integran
el programa de atención preventiva y asistencial de la población
derechohabiente, así como de los aspectos relacionados a la seguridad del
paciente, las instalaciones y el bienestar psicosocial”
Si
realmente fuese cierto, es decir que el Consejo de Salubridad General auditase cada uno de los procesos hospitalarios, administrativos, debieron darse cuenta
que las fallas están justamente en la duplicidad de papeleo, en la carencia de
calidez en la atención al paciente, de cualesquier enfermedad, en la cantidad
exagerada de pacientes que atiende cada médico especialista, del desapego e interés por parte de médicos y enfermeras, mi hipótesis es por la exagerada carga de trabajo o bien, porque el tiempo congeló sus sentimientos de conmiseración hacia sus semejantes.
Por
citar un ejemplo; en dos ocasiones Tatiana, mi hija, la han dado de alta a
media noche y el cirujano no se dignó informar cómo había salido de
quirófano, la más reciente fue el 27 de septiembre, donde se le retiro un
ganglio cuyo resultado-dijo el médico- porque no hay papeles que lo demuestren-
es un adenocarcinoma, es decir, una metástasis del Her2 positivo (de mama), en
la parte superior de la clavícula izquierda.
Cierto,
el prestigio de un médico se basa en su
credibilidad, cosa que en el Hospital Regional de Cd. Madero ha perdido el
cirujano oncólogo.
Supongo
que ese poder, pírrico por cierto, que se siente ser el dador de una noticia
que le cambia la vida a las personas, la da el propio petróleo, ese “oro negro”
que ha enriquecido a tantos y tantos, pero que a los trabajadores y familiares
ni siquiera les alcanza para saber cómo, dónde, a qué hora, y qué tipo de
tratamiento se les otorga en su hospital.
No
pretendo “ensuciar” la imagen del Hospital ni de médico alguno, sólo apuntar
que mi hija Tatiana con cáncer de mama y metástasis en cadena de ganglios
supraclavicular izquierdo, qué tiene derecho a esa atención médica ha sido
maltratada (y no sé cuántos pacientes más) por el cirujano y hasta por la secretaria del director Javier
Nieto Villarreal que a la fecha no ha querido entregar un resumen médico que
detalle el resultado patológico, histopatológico de la primera biopsia
practicada en mayo del 2012, de la segunda realizada en septiembre de mismo año
y la del 27 de septiembre del año en curso y del tratamiento en general que se
le realiza. ¿Qué ocultan?
Los
expertos argumentan que las desigualdades económicas, la falta de políticas y
campañas de prevención y los hábitos alimenticios y de salud que la región adoptó,
aumentan el riesgo de morir por cáncer. Y advierten que esta combinación de
factores puede llevar a la región a caer en una “epidemia devastadora” de
cáncer si no se toman medidas urgentes.
Doy gracias a Dios que mi hija tiene atención médica porque su marido, Juan es trabajador sindicalizado de Pemex, y no ha fallado el medicamento , la quimioterapia y la radiación, han fallado las personas que laboran en el Hospital.
Miles de personas no tienen acceso a diagnostico oportuno, aunque haya campañas masivas de detección de cáncer, no existe in situ médico especialista que haga el diagnostico pero no solo eso, que se de el tratamiento oportuno y especifico.
Y el costo del Herceptim- medicamento para el Her2 +- que se supone reduce la reaparición del tumor- que no ha sido el caso de Tatiana pues en un año de quimios y radiación ya apareció de nueva cuenta el carcinoma-cada ampolleta tiene un costo por encima de los 36 mil pesos.
Sólo como anotación al margen del cáncer de mama hay 200 tipos y se requiere de exámenes de patología para determinar su tipo y dar el medicamento especifico.
Al igual que el cáncer también mata la opacidad, y el silencio, desafortunadamente los
hace cómplices a todos.
Los pacientes del Hospital Regional de Pemex en Cd.
Madero merecen una atención de calidad y con calidez, a eso y más tienen
derecho.
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